"El fenómeno de los "empleos de transición climática": cómo la migración forzosa de profesionales debido a desastres medioambientales está creando nuevos flujos y retos en el mercado laboral mundial"

Publicidad


El fenómeno de los "empleos de transición climática" y su impacto en el mercado mundial

Imagina que un día te despiertas y descubres que tu ciudad ya no existe tal y como la conocías. Incendios forestales, inundaciones catastróficas o sequías prolongadas han hecho inhabitable el lugar. ¿Qué haría usted? Para millones de profesionales de todo el mundo, esto no es una hipótesis lejana, sino una realidad urgente. Las migraciones forzosas debidas a catástrofes medioambientales están creando un nuevo flujo en el mercado laboral: la "trabajo de transición climática".

Este fenómeno no sólo afecta a las personas que abandonan sus hogares, sino también a la remodelación de economías enteras, la reevaluación de competencias y la forma en que los países afrontan la repentina llegada de trabajadores desplazados. ¿Qué profesiones son las más afectadas? ¿Cómo reaccionan los gobiernos y las empresas? ¿Y qué significa esto para el futuro del empleo?

En este artículo analizaremos cómo el cambio climático está redefiniendo el panorama laboral mundial, desde los agricultores que se convierten en trabajadores de fábricas urbanas hasta los ingenieros especializados en la reconstrucción tras catástrofes. También hablaremos de los retos -y oportunidades- que surgen cuando el medio ambiente dicta las reglas del juego.

¿Qué es el "trabajo de transición climática"?

Cuando hablamos de trabajo de transición climáticaPor empleos verdes no entendemos únicamente los empleos ecológicos o sostenibles. El concepto es más amplio: se trata de ocupaciones que surgen o se transforman debido al desplazamiento forzoso de profesionales por acontecimientos medioambientales extremos. Estos trabajadores a menudo tienen que adaptarse a nuevas realidades, ya sea cambiando de región, adquiriendo competencias diferentes o incluso entrando en sectores completamente nuevos.

Un ejemplo claro es la agricultura. En el nordeste de Brasil, los largos periodos de sequía han llevado a los pequeños productores a abandonar sus tierras y buscar oportunidades en los centros urbanos. Muchos acaban en empleos informales, como la construcción o el servicio doméstico. En Australia, los devastadores incendios forestales han obligado a los agricultores a emigrar a las ciudades, donde algunos se han reinventado como técnicos en energía solar, un oficio en auge en el país.

Pero no sólo los trabajadores manuales se ven afectados. Los profesionales cualificados también se enfrentan a retos. Los ingenieros medioambientales, por ejemplo, están muy solicitados en las regiones propensas a las inundaciones, mientras que los arquitectos especializados en construcciones resilientes están cada vez más solicitados. La cuestión que queda por resolver es: ¿cómo preparar a la mano de obra para esta nueva realidad?

Los gobiernos y las organizaciones internacionales ya han empezado a actuar. Los programas de reciclaje profesional, como los ofrecidos por el Organización Internacional del Trabajo (OIT)están ayudando a los migrantes climáticos a adaptarse. Sin embargo, la magnitud del problema exige soluciones más integrales y urgentes.

Migración climática: ¿quiénes son los más afectados?

Si cree que las repercusiones del cambio climático en el trabajo son un problema lejano, piénselo de nuevo. Los datos de la Banco Mundial indican que para 2050, más de 140 millones de personas pueden verse desplazados dentro de sus propios países debido a fenómenos meteorológicos extremos. Pero, ¿quién está en primera línea?

Los agricultores y los pescadores se encuentran entre los más vulnerables. Sus profesiones dependen directamente de unas condiciones medioambientales estables y, cuando éstas cambian, a menudo no les queda más remedio que marcharse. En el sudeste asiático, por ejemplo, la salinización de los suelos debida a la subida del nivel del mar ha vuelto improductivas las tierras de cultivo, obligando a familias enteras a buscar nuevas fuentes de ingresos.

Otro grupo muy afectado es el de los trabajadores de la construcción en las zonas costeras. Con el aumento de huracanes y tormentas tropicales, muchas regiones se están volviendo inviables para la vivienda y, en consecuencia, para el trabajo en la construcción. En Estados Unidos, tras el huracán Katrina, miles de trabajadores emigraron a otros estados, sobrecargando unos mercados laborales ya saturados.

Pero, ¿y los profesionales de alto nivel? Ellos también están notando los efectos. Ciudades como Miami, amenazadas por la subida de los océanos, ya están viendo una fuga de talentos en sectores como la tecnología y las finanzas. Las empresas están reconsiderando la ubicación de sus oficinas, y los empleados cualificados optan por regiones menos expuestas a catástrofes. En el futuro, ¿el "mejor trabajo" será el menos expuesto a las inclemencias del tiempo?

La desigualdad también desempeña un papel crucial. Los trabajadores con rentas bajas tienen menos recursos para adaptarse, mientras que los profesionales más ricos pueden trasladarse más fácilmente. Esto crea una brecha aún mayor en el mercado laboral, algo que las políticas públicas deben abordar urgentemente.

La aparición de nuevas profesiones y competencias

Mientras algunas profesiones están disminuyendo debido al cambio climático, otras están surgiendo, y deprisa. ¿Ha oído hablar de "gestor de riesgos climáticos" o "técnico en resiliencia urbana"? Éstas son sólo dos de las muchas profesiones que están ganando terreno en un mundo en el que las catástrofes medioambientales son cada vez más frecuentes.

Las compañías de seguros, por ejemplo, están contratando a expertos en modelización de riesgos climáticos para calcular las repercusiones financieras de los fenómenos extremos. Del mismo modo, los ayuntamientos buscan urbanistas capaces de diseñar ciudades que resistan inundaciones, olas de calor y otros fenómenos. ¿Qué tienen en común estas profesiones? Todas ellas requieren una combinación de conocimientos técnicos y capacidad de adaptación, aptitudes que serán cada vez más valiosas.

Pero las cosas no sólo están cambiando en el sector formal. En las comunidades afectadas por catástrofes están surgiendo oportunidades informales. Tras el terremoto de Haití en 2010, muchos supervivientes encontraron trabajo en la reconstrucción, aprendiendo habilidades básicas de construcción en el proceso. En Brasil, tras las lluvias extremas de Petrópolis (2022), los residentes locales recibieron formación para trabajar en sistemas de alerta temprana, un servicio que salva vidas.

¿Y la educación? Las universidades y los institutos técnicos ya están adaptando sus planes de estudios. Aumentan los cursos sobre energías renovables, gestión del agua y arquitectura sostenible. Plataformas en línea como CourseraLas otras dos ofrecen programas especializados en este ámbito. ¿Estamos preparando a la próxima generación para un mundo cambiante, pero a la velocidad necesaria?

Retos para empresas y gobiernos

Aunque hay nuevas oportunidades, los retos son enormes. Las empresas que operan en regiones vulnerables tienen que replantearse sus estrategias, y rápido. ¿Cómo mantener motivado a un equipo cuando la amenaza de una catástrofe pende sobre sus cabezas? ¿Cómo reclutar talentos en zonas que podrían volverse inhóspitas en una década?

"El fenómeno de los "empleos de transición climática": cómo la migración forzosa de profesionales debido a desastres medioambientales está creando nuevos flujos y retos en el mercado laboral mundial"
Ilustración "El fenómeno de los "empleos de transición climática": cómo la migración forzosa de profesionales debido a desastres medioambientales está creando nuevos flujos y retos en el mercado laboral mundial"

Algunas empresas ya están adoptando movilidad climáticaEsto ha permitido a los empleados trasladarse a sucursales situadas en lugares más seguros. Otros están invirtiendo en formación para ayudar a los empleados a adquirir capacidades de resistencia. A Unileverpor ejemplo, cuenta con programas de formación en sostenibilidad para sus empleados, una forma de prepararlos para futuros cambios en el mercado.

Los gobiernos, por su parte, se enfrentan a dilemas aún mayores. ¿Cómo integrar a los inmigrantes climáticos en la economía local sin sobrecargar los servicios públicos? ¿Cómo evitar conflictos entre las comunidades locales y los recién llegados? En Alemania, donde las recientes inundaciones han desplazado a miles de personas, el gobierno ha creado incentivos fiscales para las empresas que contraten a los afectados. En Bangladesh, uno de los países más amenazados por la subida del nivel del mar, se están poniendo a prueba los programas de migración previstos.

Pero las soluciones no pueden ser aisladas. La cooperación internacional es esencial. Organizaciones como ONU Cambio Climático presionan para que se firmen acuerdos mundiales que protejan a los trabajadores desplazados. Al fin y al cabo, el cambio climático no respeta fronteras, y las respuestas tampoco deberían hacerlo.

El papel de la tecnología y la innovación

La tecnología puede ser una gran aliada en esta transición. Desde plataformas de contratación especializadas en empleos verdes hasta herramientas de predicción de catástrofes, la innovación está ayudando a mitigar los efectos en el mercado laboral.

Los sistemas de inteligencia artificial, por ejemplo, ya se utilizan para predecir qué regiones corren más riesgo de volverse inhabitables, lo que permite a gobiernos y empresas planificar las reubicaciones con antelación. Empresas emergentes como ClimaCell (ahora Tomorrow.io) ofrecen análisis climáticos hiperlocales que ayudan a los agricultores a tomar decisiones más seguras.

Además, el trabajo a distancia -acelerado por la pandemia- puede ser una salida para los profesionales de las zonas de riesgo. Un programador que vive en una ciudad costera amenazada por el mar no tiene necesariamente que emigrar; puede trabajar para una empresa de otro país. ¿Es digital el futuro del trabajo climático?

Pero la tecnología también conlleva riesgos. La automatización podría dejar sin trabajo a muchos emigrantes climáticos, especialmente en sectores como la fabricación y el transporte. Equilibrar la innovación con la inclusión será uno de los grandes retos de las próximas décadas.

¿Cómo puede prepararse?

Si hay una certeza en este escenario, es que la adaptación será crucial. Pero, ¿cómo puede usted, como profesional, prepararse para esta nueva realidad?

En primer lugar, invertir en capacidades resilientes. Los cursos sobre sostenibilidad, gestión de crisis o tecnologías verdes pueden marcar la diferencia. Plataformas como Udemy ofrecen formación asequible en este ámbito.

Segundo, estar abierto a la movilidad. Si su región está en peligro, considere la posibilidad de trasladarse a otro lugar antes de que le obliguen a hacerlo.

Tercero, seguir las políticas públicas. Los gobiernos están poniendo en marcha programas de apoyo a los trabajadores afectados por el clima. Permanezca atento.

Por fin, participe en el debate. La transición climática en el trabajo es un problema que afecta a todos, y tu voz puede ayudar a encontrar soluciones más justas.

El futuro del trabajo en un mundo que se calienta

El fenómeno del trabajo de transición climática no es una posibilidad lejana: ya está ocurriendo. Y mientras algunos solo ven crisis, otros ven oportunidades.

Surgen nuevas profesiones. Los modelos de negocio se reinventan. Y la forma de entender el empleo nunca volverá a ser la misma.

La pregunta que queda es: ¿estamos actuando con suficiente rapidez? ¿O nos cogerá por sorpresa ver cómo se hunden economías enteras?

Ha llegado el momento de actuar. Y cada uno de nosotros -gobiernos, empresas y particulares- tiene un papel que desempeñar.

El clima determinará el futuro del trabajo. Y solo prosperarán los que se adapten.

  • Autor de la publicación: